El estilo Mediterráneo en decoración nace de la esencia cultural de los países bañados por el mar que lleva su nombre, como España, Italia, Grecia o Marruecos, de la influencia de su clima y estilo de vida, surge una estética fresca, luminosa y acogedora.
Por ejemplo es interesante observar como las viviendas tradicionales están conformadas por muros con gran grosor y escasa altura, normalmente de una o dos plantas. La esencia mediterránea se encuentra en el exterior, los patios y porches que aportan luz natural, dan vida y crean zonas de encuentro, un aspecto muy arraigado a esta cultura que vive el exterior en largas jornadas de luz.Al ser un territorio muy caluroso en verano, los espacios exteriores suelen estar cubiertos, y para ello se disponen estructuras metálicas o vigas de madera que sostienen toldos de caña creando luces y sombras muy sugerentes.
Influenciado por la cultura árabe aparece el agua de forma recurrente, y esta refresca el ambiente y enriquece el entorno, ya sea de forma visual o a través del sonido que produce cuando está en movimiento. Es muy característico encontrar en estos hábitats fuentes, estanques o piscinas envueltas en vegetación.
Si hay algo que represente a este estilo decorativo es el empleo del blanco. Este color lo encontramos en revestimientos de fachadas estucadas o recubiertas con yeso. En algunas ocasiones se combinan muros de otros materiales como ladrillo o piedra autóctona. Todas estas técnicas exaltan el aspecto rural y tradicional de las casas estilo mediterráneo.
Los tonos claros también bañan los paramentos interiores contrastando con los oscuros del pavimento, compuesto de materiales como la madera, el terrazo o la cerámica, incluso con las vigas de madera si nos encontramos en una construcción antigua. Hay ocasiones en las que se aplacan algunas superficies como baños, cocinas y otras estancias con azulejos y mosaicos aportando el toque de color vivo al espacio.
Este comedor realizado por el estudio Ted es un homenaje al ladrillo. Y en él los arquitectos crean un mosaico de cerámica en los mismos tonos que las puertas, el suelo e incluso el mobiliario.
Las carpinterías suelen ser de hierro forjado o madera al natural o pintada en blancos, grises, azules… Si son grandes, cuentan con contraventanas para proteger del sol. Las cortinas situadas sobre ellas son de aspecto ligero, fresco y vaporoso. Están realizadas con tejidos que permiten el paso de la luz como el lino.
El mobiliario está realizado con materiales naturales: madera, fibras como el mimbre, sisal, ratán, hierro forjado de forma artesanal, latón… Estos los podemos apreciar en sillas, lámparas, taburetes, pufs… Los sofás son de aspecto confortable y mullido que al igual que las alfombras están tapizados con tejidos finos y frescos.
Generalmente aparecen elementos de atrezo de artesanía autóctona como vasijas, jarrones, cuencos, botijos, vajillas rústicas fabricadas en cerámica, barro cocido, cristal soplado… que combinados entre sí crean una composición muy enriquecedora.
Una gran parte de casas estilo mediterráneo son restauraciones de edificaciones antiguas o construcciones que en el pasado solían ser talleres y zonas de trabajo. El proyecto en Salento realizado por Palomba Serafini es la transformación de un molino en hogar, es interesante el contraste y la armonía que existe entre las intervenciones contemporáneas y los elementos conservados.
Es fundamental la selección minuciosa de los materiales y formas añadidos para que la combinación sea ganadora.
Fuente: Detailers
